Hay pocas cosas más reconfortantes que servirse un buen vaso de whisky después de una semana retadora o un logro trabajado. Toca aparcar a un lado los problemas y oír la música del manantial ámbar en tu copa.
El agua no está hecha para ser bebida. Para hacerla agradable tuvimos que añadir whisky. Tras muchos esfuerzos, aprendí a hacerlo”.
Winston Churchill, político y estadista británico.
Ya seas de bourbon o Single Scotch, compartes tu pasión por el whisky con mentes prodigiosas y célebres artistas como Frank Sinatra, Ernest Hemingway o Sean Connery. Para ellos, el caldo perfecto daba estímulo a su ingenio y armonía a sus veladas.
De forma práctica y concisa, quiero que te quedes con aspectos importantes de este mítico destilado, y la próxima vez que decidas comprar whisky, sepas lo que metes en tu carro de la compra, sin lamentar más tarde una resaca de caballo.
¿Qué aprenderás aquí?
Tipos de whisky
¿Cuál es la diferencia entre un suave Blended o un Single Malt? ¿Y entre un sabroso bourbon o un whisky japonés?
Que sea un tipo u otro depende de: grano utilizado, proceso de destilación, procedencia y tiempo de maduración. A continuación los diferentes tipos:
Whisky escocés 🏴
Un whisky escocés se produce con granos de cebada malteada y se añeja en barricas de roble no menos de 3 años. Para ser considerado un Scotch, debe ser elaborado únicamente en Escocia.
– Single Malt
Se trata de un whisky de una sola destilería, elaborado con el trío de gala: cebada malteada, agua y levadura.
El escocés Single Malt proviene de cinco regiones: Lowland, Highland, Island, Speyside y Campbelltown. Las diferentes zonas son populares por el olor a fruta, la frescura y el olor ahumado. Dichas características son gracias al agua, tierra y madera del lugar
– Whisky de Grano o Single Grain
Whisky con una marcada personalidad escocesa donde el ingrediente principal es el maíz, el trigo o ambos.
– Whiskey de mezcla o Blended
Un Blended se produce mezclando whiskies de varios tipos. Whiskies muy suaves al paladar y los más vendidos del mundo.
Este whisky está elaborado en Eire o Irlanda del Norte. A diferencia del whisky escocés, se puede usar cualquier grano de cereal malteado en la destilación. Requisito indispensable: debe ser envejecido en barricas de madera al menos 3 años.
El whisky nipón se elabora prácticamente igual que el escocés, pero en Japón, ¡no les gustaría el nombre…! Se ha producido desde 1920, pero se ha comercializado hace realmente poco, por ello,es uno de los whiskies de moda del momento.
Whiskys americanos 🇺🇸
– Bourbon
El Bourbon es un whiskey americano fabricado con granos malteados, dotado de un sabor acaramelado y ligeramente aromático. La elaboración del bourbon es más permisiva en cuanto a ingredientes que el Scotch, eso sí, tiene que ser 100% realizado en Estados Unidos.
– Straight Bourbon
Este «whisky de borbón» pertenece a un estado en concreto y es envejecido al menos dos años sin aditivos, un clásico apreciado por muchos compatriotas americanos.
– Blended Bourbon
Un blended burbonpuede incorporar otros tipo de licores y aromas, pero al menos la mitad de la mezcla debe ser un Straight Burbon.
– Tennessee Bourbon
Lo que le confiere un carácter único a este caldo estadounidense, es que se pasa por un filtro de carbón justo después del proceso de destilación
– Rye
Se trata de un aguardiente de cereal que contiene como mínimo un 51% de centeno junto a cebada, trigo y maíz. Se añeja en barricas nuevas y quemadas como mínimo un año en América del Norte.
Otros tipos de whiskies
– Whisky saborizado
Los whiskies saborizados son aquellos a los que se les añade un único aromatizante, sin endulzantes adicionales. Entre los más populares están la miel, las especias y la manzana. Los whiskis saborizados pueden ser caseros o comerciales.
– Licores y cremas de whisky
Un licor o crema de whisky es cualquier whisky con un endulzante añadido, servido después de las comidas como un mini postre. ¡Pero ojo! el whisky tiene bastantes calorías, para los que están a dieta.
¿Cómo se hace el whisky?
La elaboración del whisky es un arte antiguo que ha ido evolucionando desde una técnica rudimentaria hasta convertirse en un proceso altamente complejo.
Muchos aspectos afectan el sabor y carácter final de un whisky, desde el tipo de granos y levadura usados en la producción, hasta la barrica y el tiempo de maduración.
A continuación, tienes un resumen sobre las diferentes etapas en la creación de un whisky:
1. Extracción del grano. Se comienza con la limpieza de la cebada y remojo en agua caliente durante 2-3 días hasta que el grano germine y aparezca azúcar.
2. Malteado. Aquí se emplea leña u otro combustible fósil para maltear el grano de cebada.
3. Secado. Se seca el grano a 70º C para detener el proceso de crecimiento.
4. Molido. Una vez conseguida la malta (cereal malteado), se tritura, para luego mezclar con agua caliente y un líquido azucarado, hasta obtener una pasta de color dorada.
5. Fermentación y destilación. Se añaden levaduras a la mezcla para que fermente hasta convertirse en una especie de cerveza, que será destilada en el alambique, siendo el resultado final nuestro preciado whisky.
6. Envejecimiento. El whisky que se consigue en el proceso de destilación es incoloro, por lo que se envejece en barricas de roble, dando lugar al color dorado tan característico.
7. Embotellado. Una vez añejado con ese color a gema y sabor a madera, el whisky es apto para ser embotellado.
Bueno, ¿y si quiero hacer mi propio whisky casero? Mejor que leerte las instrucciones te dejo un video bastante entretenido donde vas a ver en detalle todo el proceso:
¿Cómo se bebe correctamente un whisky? 🥃
La forma correcta es la que a ti más te guste, así de claro, como comer con las manos. Irás viendo que con el tiempo te haces más experto y tu paladar comienza a distinguir diferentes matices y aromas, y por tanto puedes usar algunos truquillos para mejorar aún más la experiencia de beber whisky.
– Comenzamos por el vaso
Si te vas a deleitar con un whisky solo o con un poco de hielo, te recomiendo pillar un vaso corto con una base robusta. Si bien prefieres un vaso alto, te recomiendo un «highball«, un vaso fino, alto y con los bordes rectos.
-Temperatura idónea
La diferente temperatura puede tener un efecto en el sabor y la textura del whisky en la boca. Así, hay ciertos whiskies que en frio pueden tener una textura similar a la miel, mientras que ligeramente calientes tienen toques a higo recién flambeado.
-Modus operandi
Algo imprescindible para que la experiencia sea completa es tomarse un tiempo en disfrutar del aroma y tratar de identificar diferentes matices, incluso si no los asocias de momento. Créeme que el aroma intenso de un buen whiskey es muy placentero.
Sírvete un poco de whisky en el vaso y sostén tu nariz en el borde para oler delicadamente. A continuación, toma un pequeño sorbo y saboréalo durante 5 o 10 segundos antes de que baje, deja que tu paladar sea el protagonista.
Un whisky de calidad despertará en tu recuerdo diferentes sabores que has degustado anteriormente. Es por ello, que según la persona, un whisky puede evocar dulces notas a toffe o matices de cacao. Compartir y contrastar esta experiencia con tus amigos es algo muy entretenido.
La forma más pura de disfrutar del whisky es enjuagando el paladar con agua fría entre cada trago. Una manera común es mezclar el whisky con un poco de agua, lo que deja aflorar ciertos aromas que no habías percibido.
-Un poco de locura
Date la libertad de experimentar con distintos vasos, temperaturas o probar hacer un cóctel, como el whisky sour, ahí es donde vas a conocer dónde destaca cada whiskey. Pero recuerda, hay que tener un poco de respeto por un buen whisky, así que no mezcles un Macallan con Coca-Cola en una fiesta. Un whisky caro merece un trato especial.
Historia del whisky
No se sabe exactamente cuánto tiempo lleva destilándose alcohol, pero hay algunos indicios que remontan la práctica a más de cuatro mil años atrás.
La evidencia plasmada más antigua del proceso de destilado en Europa es del siglo XV, con una orden del Rey de Escocia en 1494 que solicitaba suficiente malta para producir quinientas botellas de «agua de vida».
Los primeros whiskies eran una bebida destilada exclusivamente por monjes. Nunca se envejecía y tendía a ser muy amarga, ya que se usaba principalmente como medicina para tratar todo tipo de enfermedades desde la peste hasta la parálisis. Aun así, podría ser mejor que un whiski barato industrial.
Con la llegada de Henry VIII, se disolvieron los monasterios, con lo que la elaboración de whisky se trasladó a los hogares de Escocia siguiendo un método rudimentario para su producción.
Con el tiempo, las «destilerías caseras» pulieron el proceso y vieron que el whiski, por derecho propio, era una auténtica joya convertida en líquido color ámbar. Aquí probablemente nació la primera botella de whisky oficial.
Más adelante, a comienzos del siglo XIX, el whisky se había convertido en un pilar de la vida de los escoceses. Algunos brebajes eran fáciles de conseguir a través de comercios locales y tiendas. El problema era que estos whiskies no eran uniformes, un día podías probar uno que te encantaba, y para repetir, mejor olvidarse.